practicando yoga
En este negocio todo es cuestión de relajación de puertas para afuera, aunque a la hora de la verdad sacarlo adelante implica mucho estrés y constancia. Eso es, de momento, lo que se desprende de una charla con Lina Navia, la colombiana que puso en marcha hace unos meses una idea original y apenas conocida en el mundo hispano: yoga en español.
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Navia, nacida en Bogotá y actriz durante varios años en su país, decidió emprender la labor después de capacitarse en centros como 'Yoga Works' y 'Exhale Center of Sacred Movement', y ahora está en la ardua labor de ser la primera en expandir este arte milenario entre los millones de hispanos residentes en Los Ángeles. Por eso, el suyo es un negocio destacado en puertas.
La idea empezó queriendo hacer un DVD de yoga, "porque nos dimos cuenta de que había poca oferta y que la gente de nuestra comunidad no sabían lo que era el yoga", explica esta joven emprendedora. Después de poner en marcha el DVD, se dieron cuenta de que podían ser mucho más y así surgió una empresa, Umbral Yoga, con su página web y clases particulares para expandir el concepto entre la comunidad hispana.
En junio de 2009, hace un año, "nos pusimos realmente a trabajar", explica Navia, que después consiguió lanzar su DVD en enero al mercado. "De momento ha sido muy bien recibido", pese a la barrera cultural que separa a muchas de las personas que acuden a las clases. Las primeras sesiones, totalmente gratis en el Este de Los Ángeles, se han llenado hasta arriba. "La verdad es que es bonito porque vienen y lo aprovechan. Y cada vez tengo más gente, aunque al principio tenía miedo por ver cómo iba a encajar esta idea entre el público hispano".
Además de dar un servicio a la comunidad en términos de salud, para Navia también es fundamental conseguir que su negocio sea viable. "Estoy buscando patrocinadores que nos ayuden a dar más clases gratuitas en parques como éste, buscando empresas que tengan un interés en ayudar a la comunidad".
También está entre sus proyectos tener un estudio donde todo el mundo pueda encontrar a Navia y a un equipo de maestros. De momento, su empeño es darse a conocer para que los hispanos sepan lo que es, una práctica ancestral muy extendida entre el mundo anglosajón, pero que en español apenas existe.
"No hay nada organizado, solo clases aquí y allá. Por eso tomé este riesgo para hacerlo funcionar y que sea relevante. Es un reto, pero estamos orgullosos y creemos en el proyecto. Siempre es difícil hacer caminar algo propio".
Al final, Navia se queda con la tranquilidad de saber que está haciendo bien las cosas y que los que la rodean, aprenden a tomarse las cosas con más calma, a respirar profundo y vivir el momento presente sin preocuparse por problemas futuros. Y con eso, es muy probable que el lento discurrir de las cuestiones financieras acompañen a tanto cúmulo de buena energía.
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