Según la científica Sheril Kirshenbaum, la mayoría de las personas son capaces de recordar el 90% de los detalles de su primer beso
CIUDAD DE MÉXICO. De acuerdo con un estudio de la investigadora Sheril Kirshenbaum, científica de la Universidad de Texas, la experiencia del primer beso puede ser mucho más significativa e intensa que la de la primera relación sexual.
En su libro La ciencia de los besos, Kirshenbaum asegura que la mayoría de las personas son capaces de recordar el 90% de los detalles de su primer beso.
También explica que esta práctica está presente en más del 90 % de las culturas y puede ayudar a explicar la evolución de la especie humana, sin embrago, no es propia de los humanos, en los demás animales también está presente.
De hecho, los simios bonobos, se besan mucho más que cualquier humano; alguna vez se pudo observar como se besaban y mordisqueaban por más de 12 minutos.
Y no son los únicos. Alces y ardillas se rozan las narices, los topos se frotan el hocico y las tortugas chocan sus cabezas. Los manatíes mordisquean a sus parejas, mientras que las jirafas entrelazan sus cuellos. Curiosamente, los caracoles pueden ser los animales más sensuales y se quedan bloqueados mientras se masajean unos a otros.
No obstante, la duda queda en el aire, ¿por qué nos besamos?
Algunos consideran que el acto de fruncir los labios nos recuerda la tranquilidad y la comodidad de los cuidados en la infancia. Una idea basada en la teoría freudiana pero con cierta validez, según Kirshenbaum.
La razón más importante es que facilita la reproducción, principalmente para las mujeres ya que son quienes ponen atención en el contacto boca a boca para evaluar el sabor, la textura y la conexión para saber si se trata de un buen compañero o no.
Vanguardia
CIUDAD DE MÉXICO. De acuerdo con un estudio de la investigadora Sheril Kirshenbaum, científica de la Universidad de Texas, la experiencia del primer beso puede ser mucho más significativa e intensa que la de la primera relación sexual.
En su libro La ciencia de los besos, Kirshenbaum asegura que la mayoría de las personas son capaces de recordar el 90% de los detalles de su primer beso.
También explica que esta práctica está presente en más del 90 % de las culturas y puede ayudar a explicar la evolución de la especie humana, sin embrago, no es propia de los humanos, en los demás animales también está presente.
De hecho, los simios bonobos, se besan mucho más que cualquier humano; alguna vez se pudo observar como se besaban y mordisqueaban por más de 12 minutos.
Y no son los únicos. Alces y ardillas se rozan las narices, los topos se frotan el hocico y las tortugas chocan sus cabezas. Los manatíes mordisquean a sus parejas, mientras que las jirafas entrelazan sus cuellos. Curiosamente, los caracoles pueden ser los animales más sensuales y se quedan bloqueados mientras se masajean unos a otros.
No obstante, la duda queda en el aire, ¿por qué nos besamos?
Algunos consideran que el acto de fruncir los labios nos recuerda la tranquilidad y la comodidad de los cuidados en la infancia. Una idea basada en la teoría freudiana pero con cierta validez, según Kirshenbaum.
La razón más importante es que facilita la reproducción, principalmente para las mujeres ya que son quienes ponen atención en el contacto boca a boca para evaluar el sabor, la textura y la conexión para saber si se trata de un buen compañero o no.
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