manchester united 2010 futbol ingles
El United y el City comparten el liderato, aunque los primeros han jugado dos partidos menos. -Hoy les puede igualar a puntos el Arsenal
Con los dos Manchester, el United y el City, al frente, así se mueve la Premier, convertida en un festival de partidos durante estas fechas, cuando el resto del fútbol europeo descansa. Berbatov, con un golazo, logró que el United no perdiera el liderato, aunque sea por el goal average, liderato que durante unas horas no fue suyo.
Las horas, concretamente, que transcurrieron entre el final del enfrentamiento del City con el Aston Villa, al que barrió, 4-0, y el inicio del choque del United ante el Birmingham. Fue un líder breve el City en el tiempo. Virtual, diríase, teniendo en cuenta que acumulaba 38 puntos, cierto, uno más que el United y tres más que el Arsenal. Pero lo hacía habiendo jugado tres partidos más que el equipo de Ferguson y dos más que el de Wenger. Resumiendo: que convenía esperar a que el United se pusiera en liza, como conviene esperar a que mañana lo haga el Arsenal.
Se puso en liza el United y se dejó un punto en el camino. Dominó con una suficiencia insultante, pero durante un buen tramo del partido fue incapaz de derribar a un Birmingham que se defendía con criterio, amén de pelear en cada jugada como si fuera la última, espoleado a ello por su público. Sin Nani, el equipo de Ferguson no encontró vías de penetración. De hecho, su primera oportundiad seria la firmó Giggs, que centró, o chutó, quién sabe, con la consecuencia de que estrelló el balón en el poste. Con todo lo grande que es Giggs, el hecho de que durante muchos minutos sea el jugador más peligroso de su equipo no es una buena señal para éste, viviendo como viven en ese ataque Rooney y Berbatov.
No le gustaba a Ferguson lo que veía, ya entrada la segunda parte, y por eso mandó calentar a Chicharito Hernández, con el propósito, es de suponer, de darle carrete en lugar de Berbatov. Bien hizo en esperar el veterano técnico. Porque tocó Giggs la pelota en el centro del campo y Berbatov, en una acción de dibujos animados, prolongó el envío a su espalda. A Gibson le llegó el balón, quien avanzó para devolvérsela a Berbatov. Y éste, en carrera, soltó un zapatazo desde fuera del área que entró como un tiro pegado al poste.
El gol pudo tener repetición en otro chutazo inmediato del búlgaro que escupió la madera. No fue así y el Birmingham se fue con todo al ataque. En uno de esos arreones, el balón voló al área, Zigic fue a por él con todo, como suele ir, y dio un magnífico pase a Bowyer, que además de magnífico hubiera sido legal si no lo hubiera dado con el brazo. Fue el empate final, que no arroja al United del liderato pero que aprieta aún más la cabeza.
Y se aprieta porque así lo quieren el Arsenal, que ayer pasó por encima del Chelsea (3-1) y el Manchester City. que sin despeinarse derrotó hoy a un Aston Villa que vive tiempos de penumbra, lo que quita realce a ese 4-0. Una goleada que se inició pronto, en el minuto ocho, merced a un penalti transformado por Balotelli. Poco después, Lescott cabeceó y árbitro y juez de línea corrieron hacia el centro del campo, decisión discutible por cuanto el balón no traspasó del todo la raya de gol.
Fue lo de menos. De no entrar aquel gol hubiera entrado otro. De Balotelli, por ejemplo, como ocurrió en el minuto 27. El delantero italiano aprovechó un rechace de Friedel, portero del Aston Villa, a un durísimo disparo de Silva. Fue titular el español y poco le costó ser el más destacado del partido, por mucho que las estadísticas señalen a Balotelli. Porque éste firmó un nuevo gol, el tercero de su cuenta, pero lo hizo al transformar, con suma habilidad, eso sí, un nuevo penalti.
El City se asoma como alternativa, pero el que manda de momento es el imperturbable United, que aún no sabe lo que es perder un partido. Hoy le toca el turno al Arsenal, que visita al Wigan en este festival invernal en el que se ha convertido la Premier. También se asoma a escena al Chelsea, obligado a ganar al Bolton si no quiere perder comba. Como lo hace el Liverpool, décimo, inundado por las urgencias, que recibe al Wolvershampton.
ElPais
Con los dos Manchester, el United y el City, al frente, así se mueve la Premier, convertida en un festival de partidos durante estas fechas, cuando el resto del fútbol europeo descansa. Berbatov, con un golazo, logró que el United no perdiera el liderato, aunque sea por el goal average, liderato que durante unas horas no fue suyo.
Las horas, concretamente, que transcurrieron entre el final del enfrentamiento del City con el Aston Villa, al que barrió, 4-0, y el inicio del choque del United ante el Birmingham. Fue un líder breve el City en el tiempo. Virtual, diríase, teniendo en cuenta que acumulaba 38 puntos, cierto, uno más que el United y tres más que el Arsenal. Pero lo hacía habiendo jugado tres partidos más que el equipo de Ferguson y dos más que el de Wenger. Resumiendo: que convenía esperar a que el United se pusiera en liza, como conviene esperar a que mañana lo haga el Arsenal.
Se puso en liza el United y se dejó un punto en el camino. Dominó con una suficiencia insultante, pero durante un buen tramo del partido fue incapaz de derribar a un Birmingham que se defendía con criterio, amén de pelear en cada jugada como si fuera la última, espoleado a ello por su público. Sin Nani, el equipo de Ferguson no encontró vías de penetración. De hecho, su primera oportundiad seria la firmó Giggs, que centró, o chutó, quién sabe, con la consecuencia de que estrelló el balón en el poste. Con todo lo grande que es Giggs, el hecho de que durante muchos minutos sea el jugador más peligroso de su equipo no es una buena señal para éste, viviendo como viven en ese ataque Rooney y Berbatov.
No le gustaba a Ferguson lo que veía, ya entrada la segunda parte, y por eso mandó calentar a Chicharito Hernández, con el propósito, es de suponer, de darle carrete en lugar de Berbatov. Bien hizo en esperar el veterano técnico. Porque tocó Giggs la pelota en el centro del campo y Berbatov, en una acción de dibujos animados, prolongó el envío a su espalda. A Gibson le llegó el balón, quien avanzó para devolvérsela a Berbatov. Y éste, en carrera, soltó un zapatazo desde fuera del área que entró como un tiro pegado al poste.
manchester city 2010
El gol pudo tener repetición en otro chutazo inmediato del búlgaro que escupió la madera. No fue así y el Birmingham se fue con todo al ataque. En uno de esos arreones, el balón voló al área, Zigic fue a por él con todo, como suele ir, y dio un magnífico pase a Bowyer, que además de magnífico hubiera sido legal si no lo hubiera dado con el brazo. Fue el empate final, que no arroja al United del liderato pero que aprieta aún más la cabeza.
Y se aprieta porque así lo quieren el Arsenal, que ayer pasó por encima del Chelsea (3-1) y el Manchester City. que sin despeinarse derrotó hoy a un Aston Villa que vive tiempos de penumbra, lo que quita realce a ese 4-0. Una goleada que se inició pronto, en el minuto ocho, merced a un penalti transformado por Balotelli. Poco después, Lescott cabeceó y árbitro y juez de línea corrieron hacia el centro del campo, decisión discutible por cuanto el balón no traspasó del todo la raya de gol.
Fue lo de menos. De no entrar aquel gol hubiera entrado otro. De Balotelli, por ejemplo, como ocurrió en el minuto 27. El delantero italiano aprovechó un rechace de Friedel, portero del Aston Villa, a un durísimo disparo de Silva. Fue titular el español y poco le costó ser el más destacado del partido, por mucho que las estadísticas señalen a Balotelli. Porque éste firmó un nuevo gol, el tercero de su cuenta, pero lo hizo al transformar, con suma habilidad, eso sí, un nuevo penalti.
El City se asoma como alternativa, pero el que manda de momento es el imperturbable United, que aún no sabe lo que es perder un partido. Hoy le toca el turno al Arsenal, que visita al Wigan en este festival invernal en el que se ha convertido la Premier. También se asoma a escena al Chelsea, obligado a ganar al Bolton si no quiere perder comba. Como lo hace el Liverpool, décimo, inundado por las urgencias, que recibe al Wolvershampton.
ElPais