criollo theobroma cacao
Científicos lograron secuenciar la especie Criolla conocida por los mayas hace más de 3 mil años
Científicos lograron secuenciar el genoma del árbol del cacao y de la frase salvaje lo que permitirá mejorarlas para su aprovechamiento agrícola e industrial, revelaron en dos artículos publicados en la revista científica Nature genetics.
Expertos franceses, estadounidenses, venezolanos, coreanos y brasileños secuenciaron los genes de la variedad Theobroma cacao, comúnmente conocido como Criollo.
En el estudio se centraron en las familias de genes que pueden tener un impacto en su mejora.
"Nuestro análisis del genoma del Criollo ha descubierto las bases genéticas de procesos relacionados con las características de calidad más importantes del chocolate, es decir, la biosíntesis del aceite, los flavonoides y los terpenos.
"También han permitido descubrir cientos de genes potencialmente relacionados con la resistencia ante los patógenos que pueden ser utilizados para acelerar el desarrollo de variedades óptimas de cacao en el futuro", explicó Sieta Maximova, de la Universidad de Penn State al diario El País.
El Theobroma cacao es utilizado para producir chocolate amargo y fue descubierto y utilizado por los mayas hace más de tres mil años atrás.
La fresas salvaje crecen prácticamente por todo el hemisferio Norte y tuvo un consumo generalizado hasta hace unos 250 años, cuando fue reemplazada por la fresa cultivada (Fragaria x annassa), que produce frutos más grandes.
Kevin Folta de la Universidad de Florida y sus colegas consideraron que la secuenciación de la fresa salvaje permitirá identificar los genes que confieren resistencia a las enfermedades, como la provocada por el hongo Verticillium dahliae, un patógeno del suelo que marchita las fresas cultivadas y otras plantas.
"Es importante secuenciar el genoma de la fresa salvaje porque esta planta está estrechamente relacionada con varios otros productos agrícolas que consumimos, como manzanas, melocotones, peras y frambuesas, así como con las rosas", explicó Dan Sargent, científico del Consejo de Investigación en Biotecnología y Ciencias Biológicas británico al diario español.
Vanguardia
Científicos lograron secuenciar el genoma del árbol del cacao y de la frase salvaje lo que permitirá mejorarlas para su aprovechamiento agrícola e industrial, revelaron en dos artículos publicados en la revista científica Nature genetics.
Expertos franceses, estadounidenses, venezolanos, coreanos y brasileños secuenciaron los genes de la variedad Theobroma cacao, comúnmente conocido como Criollo.
En el estudio se centraron en las familias de genes que pueden tener un impacto en su mejora.
"Nuestro análisis del genoma del Criollo ha descubierto las bases genéticas de procesos relacionados con las características de calidad más importantes del chocolate, es decir, la biosíntesis del aceite, los flavonoides y los terpenos.
"También han permitido descubrir cientos de genes potencialmente relacionados con la resistencia ante los patógenos que pueden ser utilizados para acelerar el desarrollo de variedades óptimas de cacao en el futuro", explicó Sieta Maximova, de la Universidad de Penn State al diario El País.
El Theobroma cacao es utilizado para producir chocolate amargo y fue descubierto y utilizado por los mayas hace más de tres mil años atrás.
La fresas salvaje crecen prácticamente por todo el hemisferio Norte y tuvo un consumo generalizado hasta hace unos 250 años, cuando fue reemplazada por la fresa cultivada (Fragaria x annassa), que produce frutos más grandes.
Kevin Folta de la Universidad de Florida y sus colegas consideraron que la secuenciación de la fresa salvaje permitirá identificar los genes que confieren resistencia a las enfermedades, como la provocada por el hongo Verticillium dahliae, un patógeno del suelo que marchita las fresas cultivadas y otras plantas.
fotos theobroma cacao
"Es importante secuenciar el genoma de la fresa salvaje porque esta planta está estrechamente relacionada con varios otros productos agrícolas que consumimos, como manzanas, melocotones, peras y frambuesas, así como con las rosas", explicó Dan Sargent, científico del Consejo de Investigación en Biotecnología y Ciencias Biológicas británico al diario español.
Vanguardia