El director de la NASA reconoce que el presupuesto del telescopio 'James Webb' se ha disparado, pero destaca el desarrollo técnico
El telescopio espacial James Webb, considerado el sustituto del célebre Hubble, va a costar entre 800 y mil millones de dólares más de lo previsto, que eran unos 5.000 millones (3.640 millones de euros).
El sobreprecio, desvelado en un informe de un comité de expertos que ha evaluado el programa y anticipado por la revista Science, puede suponer un retraso de dos o tres años en el lanzamiento del observatorio, fijado por ahora para 2014. Además, recalcan los especialistas consultados por la revista, las necesidades económicas aumentadas pueden repercutir negativamente en otros proyectos científicos de la NASA.
El director de esta agencia espacial, Charles Bolden, ha reconocido el problema del dinero en un comunicado: "Estoy decepcionado porque no se ha mantenido el control de coste y es algo en lo que tenemos que esforzarnos, algo a lo que tienen derecho, en todos nuestros programas, los ciudadanos que pagan sus impuestos". Desde el punto de vista técnico, Bolden ha resaltado que el futuro telescopio avanza según lo planeado.
El James Webb, un proyecto de la NASA con importante participación de la ESA (Agencia Europea del Espacio), como el Hubble, será un telescopio infrarrojo con un espejo de 6,5 metros de diámetro, formado por varios segmentos, que se enviará plegado al espacio.
El espejo principal del Hubble mide 2,4 metros. Otra diferencia esencial es que el James Webb se colocará a una distancia de un millón y medio de kilómetros de la Tierra, fuera del alcance de cualquier nave tripulada actual o en proyecto, por lo que nunca será reparado ni actualizado por los astronautas una vez que esté en órbita. Entre sus objetivos destaca el estudio de las galaxias más lejanas del universo.
En la situación económica ahora desvelada, es muy probable que el James Webb no este listo hasta 2017, como pronto. La evaluación del programa por un comité independiente de expertos -liderados por John Casani, del Jet Propulsion Laboratory- fue encargada por la senadora Barbara Mikulski y la publicación de las conclusiones, adelantadas por Science, es inminente. Bolden ya ha anunciado una reorganización de la gestión del proyecto, que se lleva desde el Goddard Space Flight Center, de la NASA. Asimismo, se ha comprometido a nombrar un nuevo responsable del James Webb en el cuartel general de la NASA.
El sobrecoste del nuevo telescopio preocupa a los investigadores, que temen ver reducidos los presupuestos de otros programas científicos de la NASA para desviar el dinero necesario hacia el James Webb. La situación está provocando incluso "pánico", según Science, entre quienes apoyan otro futuro telescopio, el Wfirst, que hace poco se ha definido en la NASA como prioritario para la próxima década y que se concibe como un instrumento útil para estudiar la misteriosa energía oscura del universo.
Fuente: ElPais
El telescopio espacial James Webb, considerado el sustituto del célebre Hubble, va a costar entre 800 y mil millones de dólares más de lo previsto, que eran unos 5.000 millones (3.640 millones de euros).
El sobreprecio, desvelado en un informe de un comité de expertos que ha evaluado el programa y anticipado por la revista Science, puede suponer un retraso de dos o tres años en el lanzamiento del observatorio, fijado por ahora para 2014. Además, recalcan los especialistas consultados por la revista, las necesidades económicas aumentadas pueden repercutir negativamente en otros proyectos científicos de la NASA.
El director de esta agencia espacial, Charles Bolden, ha reconocido el problema del dinero en un comunicado: "Estoy decepcionado porque no se ha mantenido el control de coste y es algo en lo que tenemos que esforzarnos, algo a lo que tienen derecho, en todos nuestros programas, los ciudadanos que pagan sus impuestos". Desde el punto de vista técnico, Bolden ha resaltado que el futuro telescopio avanza según lo planeado.
El James Webb, un proyecto de la NASA con importante participación de la ESA (Agencia Europea del Espacio), como el Hubble, será un telescopio infrarrojo con un espejo de 6,5 metros de diámetro, formado por varios segmentos, que se enviará plegado al espacio.
El espejo principal del Hubble mide 2,4 metros. Otra diferencia esencial es que el James Webb se colocará a una distancia de un millón y medio de kilómetros de la Tierra, fuera del alcance de cualquier nave tripulada actual o en proyecto, por lo que nunca será reparado ni actualizado por los astronautas una vez que esté en órbita. Entre sus objetivos destaca el estudio de las galaxias más lejanas del universo.
En la situación económica ahora desvelada, es muy probable que el James Webb no este listo hasta 2017, como pronto. La evaluación del programa por un comité independiente de expertos -liderados por John Casani, del Jet Propulsion Laboratory- fue encargada por la senadora Barbara Mikulski y la publicación de las conclusiones, adelantadas por Science, es inminente. Bolden ya ha anunciado una reorganización de la gestión del proyecto, que se lleva desde el Goddard Space Flight Center, de la NASA. Asimismo, se ha comprometido a nombrar un nuevo responsable del James Webb en el cuartel general de la NASA.
El sobrecoste del nuevo telescopio preocupa a los investigadores, que temen ver reducidos los presupuestos de otros programas científicos de la NASA para desviar el dinero necesario hacia el James Webb. La situación está provocando incluso "pánico", según Science, entre quienes apoyan otro futuro telescopio, el Wfirst, que hace poco se ha definido en la NASA como prioritario para la próxima década y que se concibe como un instrumento útil para estudiar la misteriosa energía oscura del universo.
Fuente: ElPais