El escritor Eduardo Mendoza, autor de la novela 'Riña de gatos. Madrid 1936' galardonada con el Premio Planeta de Novela 2010, ha llamado "analfabeto" al Papa Benedicto XVI por decir que la situación actual recuerda a la que vivió España en los años 30, ya que, según ha subrayado, en aquella época "la gente quemaba iglesias". "Claro que también la Iglesia quemaba gente antes", ha ironizado.
Amoraga y Mendoza. | Efe
En rueda de prensa conjunta con Carmen Amoraga, cuyo título 'El tiempo mientras tanto' ha sido el finalista de este año, Eduardo Mendoza ha reflexionado acerca de la Guerra Civil española, época en la que se ambienta su nuevo libro y a raíz de la cual se ha referido a las declaraciones en las que el Sumo Pontífice, antes de su visita a España, consideró que en este país se han desarrollado "un laicismo, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo como se vio en la década de los años 30".
"¡Por el amor de Dios, usted es un analfabeto!", ha exclamado el novelista catalán y ha recomendado al Papa leer su obra para darse cuenta de que en aquella época "estaban pasando cosas tremendas". En este sentido, Mendoza se ha preguntado "cuántas Iglesias se queman hoy en España" y se ha respondido a sí mismo: "Ninguna. Y si se queman, se queman por un cortocircuito y allí es que iban a echar gasolina y poner fuego".
A preguntas de los periodistas, Eduardo Mendoza ha reconocido que para él la Guerra Civil es "algo muy próximo", puesto que nació "en la inmediata postguerra" -en Barcelona, en 1943-, pero ha destacado que "con el transcurso de los años" ha visto como pasaba "de la sección de novedades a los libros de historia".
Sobre el levantamiento del 36
Así, su novela trata el levantamiento del 36 bajo esta perspectiva pero a partir de la constatación de que "los hechos históricos son históricos cuando ya lo son". "Pero antes son posibilidades", ha resaltado el escritor y ha indicado que, dentro de ellas, "las decisiones individuales tienen una gran importancia".
"Ahora ya parece que la Guerra Civil estaba ahí, pero había mucha gente que pensaba que se podía evitar", ha subrayado. Mendoza, que se ha definido como "un puente" entre la generación "que la vivió" y la que la ve "como una colección de cromos", ha asumido que existe el "riesgo" de que se tache su novela como la de "otro que se aprovecha" de este acontecimiento para poner como telón de fondo en su historia.
Sin embargo, ha explicado que hay determinados hechos que "se tienen que digerir" y que, como ocurrió con las Guerras Napoleónicas en la gran novela del siglo XIX de autores como Flaubert y Stendhal, la literatura española -y también el cine- está haciendo lo propio con la Guerra Civil. Lo mismo sucede, según ha incidido, con la II Guerra Mundial y el Holocausto.
"Uno siempre piensa, cuando se enfrenta con la Guerra Civil, aunque lo haga con fines muy comerciales... Bueno, eso pasó y podría volver a pasar, pero, ¿es imaginable?", ha reflexionado.
A mayores, ha argumentado que existe un tipo de novelas que aborda el conflicto "con perspectiva" y otro que "lo explota casi con cinismo", lo que, a su juicio, "demuestra hasta que punto se puede entrar en ella".
Con todo, Mendoza ha apostillado que no quiere "ofender a quien todavía tiene heridas abiertas" o a quien busca "justicia histórica" y ha interpretado que hay "muchas" personas en esa situación.
Ortega y Gasset y Unamuno, referentes
'Riña de gatos' transcurre en el Madrid de los meses anteriores al principio de la guerra, "cuando todavía las cosas no estaban decididas" y se vivía un momento "precario" pero con "tanta vitalidad", ha explicado.
Interrogado por el contenido filosófico de la obra, Eduardo Mendoza ha atribuido dicha carga a la lectura reciente de autores como José Ortega y Gasset y Miguel de Unamuno y ha señalado que el suyo y el de Carmen Amoraga son "dos libros complementarios", por lo que ha bromeado con que "quien los compre habrá hecho un buen negocio", al constituir "dos caras de una misma moneda".
Por su parte, Amoraga ha indicado que 'El tiempo mientras tanto', sobre una madre y una hija "que nunca se han conocido del todo", es una novela negra "pero también una novela blanca", "de segundas oportunidades y con mucha esperanza".
De esta forma, ha explicado que "el gran drama" no es el accidente que centra el desarrollo de la trama, sino "las pequeñas tragedias" de la vida cotidiana. Ésto cambia cuando los personajes "toman conciencia" de que sus vidas pueden cambiar, ha concluido la escritora valenciana.
Fuente: ElMundo
Amoraga y Mendoza. | Efe
En rueda de prensa conjunta con Carmen Amoraga, cuyo título 'El tiempo mientras tanto' ha sido el finalista de este año, Eduardo Mendoza ha reflexionado acerca de la Guerra Civil española, época en la que se ambienta su nuevo libro y a raíz de la cual se ha referido a las declaraciones en las que el Sumo Pontífice, antes de su visita a España, consideró que en este país se han desarrollado "un laicismo, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo como se vio en la década de los años 30".
"¡Por el amor de Dios, usted es un analfabeto!", ha exclamado el novelista catalán y ha recomendado al Papa leer su obra para darse cuenta de que en aquella época "estaban pasando cosas tremendas". En este sentido, Mendoza se ha preguntado "cuántas Iglesias se queman hoy en España" y se ha respondido a sí mismo: "Ninguna. Y si se queman, se queman por un cortocircuito y allí es que iban a echar gasolina y poner fuego".
A preguntas de los periodistas, Eduardo Mendoza ha reconocido que para él la Guerra Civil es "algo muy próximo", puesto que nació "en la inmediata postguerra" -en Barcelona, en 1943-, pero ha destacado que "con el transcurso de los años" ha visto como pasaba "de la sección de novedades a los libros de historia".
Sobre el levantamiento del 36
Así, su novela trata el levantamiento del 36 bajo esta perspectiva pero a partir de la constatación de que "los hechos históricos son históricos cuando ya lo son". "Pero antes son posibilidades", ha resaltado el escritor y ha indicado que, dentro de ellas, "las decisiones individuales tienen una gran importancia".
"Ahora ya parece que la Guerra Civil estaba ahí, pero había mucha gente que pensaba que se podía evitar", ha subrayado. Mendoza, que se ha definido como "un puente" entre la generación "que la vivió" y la que la ve "como una colección de cromos", ha asumido que existe el "riesgo" de que se tache su novela como la de "otro que se aprovecha" de este acontecimiento para poner como telón de fondo en su historia.
Sin embargo, ha explicado que hay determinados hechos que "se tienen que digerir" y que, como ocurrió con las Guerras Napoleónicas en la gran novela del siglo XIX de autores como Flaubert y Stendhal, la literatura española -y también el cine- está haciendo lo propio con la Guerra Civil. Lo mismo sucede, según ha incidido, con la II Guerra Mundial y el Holocausto.
"Uno siempre piensa, cuando se enfrenta con la Guerra Civil, aunque lo haga con fines muy comerciales... Bueno, eso pasó y podría volver a pasar, pero, ¿es imaginable?", ha reflexionado.
A mayores, ha argumentado que existe un tipo de novelas que aborda el conflicto "con perspectiva" y otro que "lo explota casi con cinismo", lo que, a su juicio, "demuestra hasta que punto se puede entrar en ella".
Con todo, Mendoza ha apostillado que no quiere "ofender a quien todavía tiene heridas abiertas" o a quien busca "justicia histórica" y ha interpretado que hay "muchas" personas en esa situación.
Ortega y Gasset y Unamuno, referentes
'Riña de gatos' transcurre en el Madrid de los meses anteriores al principio de la guerra, "cuando todavía las cosas no estaban decididas" y se vivía un momento "precario" pero con "tanta vitalidad", ha explicado.
Interrogado por el contenido filosófico de la obra, Eduardo Mendoza ha atribuido dicha carga a la lectura reciente de autores como José Ortega y Gasset y Miguel de Unamuno y ha señalado que el suyo y el de Carmen Amoraga son "dos libros complementarios", por lo que ha bromeado con que "quien los compre habrá hecho un buen negocio", al constituir "dos caras de una misma moneda".
Por su parte, Amoraga ha indicado que 'El tiempo mientras tanto', sobre una madre y una hija "que nunca se han conocido del todo", es una novela negra "pero también una novela blanca", "de segundas oportunidades y con mucha esperanza".
De esta forma, ha explicado que "el gran drama" no es el accidente que centra el desarrollo de la trama, sino "las pequeñas tragedias" de la vida cotidiana. Ésto cambia cuando los personajes "toman conciencia" de que sus vidas pueden cambiar, ha concluido la escritora valenciana.
Fuente: ElMundo