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La decisión del régimen de Mubarak de bloquear el acceso a Internet no tiene precedentes y amenaza con incendiar la revuelta en las calles
En una iniciativa sin precedentes en la historia de Internet, el régimen egipcio de Hosni Mubarak ha ordenado a todos los proveedores de acceso que operan en el país árabe que corten sus conexiones internacionales para silenciar por completo la ola de protestas que se inició el pasado 25 de enero contra el Gobierno egipcio y que hoy tienen su punto álgido con una gran manifestación de los grupos de oposición en El Cairo.
La decisión del Ejecutivo egipcio supone en la práctica retroceder 20 años en el calendario, a un mundo sin Internet ni móviles, también bloqueados en todo el país para evitar así el envío de SMS entre los participantes en las marchas. El apagón gubernamental de las cuatro principales operadoras de Internet -Link Egypt, Vodafone/Raya, Telecom Egypt y Etisalat Misr- se produjo esta pasada madrugada, después de dejar inoperativos los accesos a Facebook y Twitter, las dos redes sociales empleadas por los jóvenes egipcios para coordinarse, organizar las movilizaciones y darse ánimos unos a otros.
La consecuencia es que el país árabe ha amanecido amordazado. Este viernes todos los negocios, bancos, cibercafés, escuelas, embajadas, organismos oficiales y cualquier particular desde su ordenador no pueden acceder a Internet para comunicarse o informarse de lo que está sucediendo en las calles de sus ciudades y en el mundo entero, según ha podido constatar Renesys, una firma de seguridad en Internet con sede en Massachussets (EE UU). La censura más eficaz y brutal en el año 2011. El Gobierno de Mubarak, entretanto, guarda silencio y sigue sin dar explicaciones.
Los accesos desde Egipto a la web de EL PAÍS, a modo de ejemplo, han caído súbitamente. Si ayer hubo 800 accesos desde direcciones IP radicadas en Egipto y anteayer unos 900, hoy hasta las 13.00 horas ha habido solo seis visitas.
Boicot sin precedentes
Los expertos de Renesys están siguiendo el desarrollo y el impacto de la decisión tomada por las autoridades egipcias. Según ellos, poco después de la pasada medianoche (hora egipcia), los enrutadores (routers en inglés) egipcios dejaron de anunciar 3.500 rutas de BGP, dejando al resto de enrutadores sin la información necesaria para intercambiar tráfico con servidores egipcios. Actualmente no se puede acceder a prácticamente ninguna dirección egipcia desde ninguna parte del mundo.
Para Renesys, la situación es mucho más grave y completamente diferente a la "modesta manipulación" que tuvo lugar en Túnez cuando estallaron las revueltas que forzaron el exilio del dictador Ben Ali. En ese país árabe sólo se bloquearon algunos routers. También supone un escalón más respecto a la censura que aplica Irán, donde el régimen de Ahmadineyad mantiene Internet deliberadamente lento para hacer aun más complicada la conexión. El boicot llevado a cabo esta madrugada por Egipto ha borrado literalmente al país del mapa global.
Vodafone, el operador de móviles más grande del mundo y el que suma más clientes en Egipto, ha afirmado este viernes en un comunicado que todos las compañías de telefonía móvil en el país han recibido la orden de suspender sus servicios. La firma británica recuerda que la legislación egipcia faculta al Gobierno a tomar este tipo de decisiones, por lo que su única salida era acatar el mandato de las autoridades, informa The Wall Street Journal. Las mismas fuentes de Vodafone han asegurado que las autoridades egipcias darán más detalles a lo largo del día.
¿Qué ocurre cuando desconectas una economía moderna y privas de Internet a una población de más de 80 millones de personas? ¿Qué pasará mañana, en la calle o en los mercados financieros?, se preguntan en Renesys. Son interrogantes que ahora están en el aire, mientras a pie de calle continúan las protestas contra Mubarak.
Control exhaustivo
Egipto, con 83 millones de habitantes, cuenta con más de 16 millones y medio de usuarios en Internet, según el informe anual de Reporteros sin Fronteras sobre la censura en Internet (en formato PDF y en inglés), que incluye al país árabe en la lista de naciones que aplican algún grado de censura a los contenidos en la Red. Según este informe, de mayo de 2010, el Gobierno egipcio lleva ejerciendo desde 2007 un estrecho control con la excusa de la lucha contra el terrorismo islamista, con la creación de un departamento especial dentro del Ministerio del Interior.
Facebook, por ejemplo, se somete a un escrutinio constante por parte de las autoridades, que almacenan datos, direcciones y correos de cientos de activistas, algunos de los cuales han sido arrestados por las opiniones vertidas en la red social sin que haya mediado ninguna orden judicial previa. El control sobre el tráfico en Internet también obliga a los proveedores a suministrar al Gobierno cuantos datos demande de sus usuarios. Lo mismo ocurre con las compañías de telefonía móvil. El anonimato tampoco es posible en los cibercafés de ciudades como El Cairo. Todo aquel que se conecte en esos lugares corre el riesgo de ser sometido, sin saberlo, a un auténtica rueda de reconocimento policial. Las autoridades presionan a menudo a los dueños de estos establecimientos para que les proporcionen datos personales de los usuarios. Muchos cafés exigen a sus clientes que presenten su documentación para conseguir a cambio el código que les permita entrar en Internet.
Reporteros Sin Fronteras ha condenado este viernes enérgicamente la decisión de las autoridades egipcias de cortar Internet y la recepción de mensajes SMS en las grandes ciudades, y ha calificado lo sucedido de "excepcional medida de censura".
En una iniciativa sin precedentes en la historia de Internet, el régimen egipcio de Hosni Mubarak ha ordenado a todos los proveedores de acceso que operan en el país árabe que corten sus conexiones internacionales para silenciar por completo la ola de protestas que se inició el pasado 25 de enero contra el Gobierno egipcio y que hoy tienen su punto álgido con una gran manifestación de los grupos de oposición en El Cairo.
La decisión del Ejecutivo egipcio supone en la práctica retroceder 20 años en el calendario, a un mundo sin Internet ni móviles, también bloqueados en todo el país para evitar así el envío de SMS entre los participantes en las marchas. El apagón gubernamental de las cuatro principales operadoras de Internet -Link Egypt, Vodafone/Raya, Telecom Egypt y Etisalat Misr- se produjo esta pasada madrugada, después de dejar inoperativos los accesos a Facebook y Twitter, las dos redes sociales empleadas por los jóvenes egipcios para coordinarse, organizar las movilizaciones y darse ánimos unos a otros.
La consecuencia es que el país árabe ha amanecido amordazado. Este viernes todos los negocios, bancos, cibercafés, escuelas, embajadas, organismos oficiales y cualquier particular desde su ordenador no pueden acceder a Internet para comunicarse o informarse de lo que está sucediendo en las calles de sus ciudades y en el mundo entero, según ha podido constatar Renesys, una firma de seguridad en Internet con sede en Massachussets (EE UU). La censura más eficaz y brutal en el año 2011. El Gobierno de Mubarak, entretanto, guarda silencio y sigue sin dar explicaciones.
Los accesos desde Egipto a la web de EL PAÍS, a modo de ejemplo, han caído súbitamente. Si ayer hubo 800 accesos desde direcciones IP radicadas en Egipto y anteayer unos 900, hoy hasta las 13.00 horas ha habido solo seis visitas.
Boicot sin precedentes
Los expertos de Renesys están siguiendo el desarrollo y el impacto de la decisión tomada por las autoridades egipcias. Según ellos, poco después de la pasada medianoche (hora egipcia), los enrutadores (routers en inglés) egipcios dejaron de anunciar 3.500 rutas de BGP, dejando al resto de enrutadores sin la información necesaria para intercambiar tráfico con servidores egipcios. Actualmente no se puede acceder a prácticamente ninguna dirección egipcia desde ninguna parte del mundo.
Para Renesys, la situación es mucho más grave y completamente diferente a la "modesta manipulación" que tuvo lugar en Túnez cuando estallaron las revueltas que forzaron el exilio del dictador Ben Ali. En ese país árabe sólo se bloquearon algunos routers. También supone un escalón más respecto a la censura que aplica Irán, donde el régimen de Ahmadineyad mantiene Internet deliberadamente lento para hacer aun más complicada la conexión. El boicot llevado a cabo esta madrugada por Egipto ha borrado literalmente al país del mapa global.
Vodafone, el operador de móviles más grande del mundo y el que suma más clientes en Egipto, ha afirmado este viernes en un comunicado que todos las compañías de telefonía móvil en el país han recibido la orden de suspender sus servicios. La firma británica recuerda que la legislación egipcia faculta al Gobierno a tomar este tipo de decisiones, por lo que su única salida era acatar el mandato de las autoridades, informa The Wall Street Journal. Las mismas fuentes de Vodafone han asegurado que las autoridades egipcias darán más detalles a lo largo del día.
¿Qué ocurre cuando desconectas una economía moderna y privas de Internet a una población de más de 80 millones de personas? ¿Qué pasará mañana, en la calle o en los mercados financieros?, se preguntan en Renesys. Son interrogantes que ahora están en el aire, mientras a pie de calle continúan las protestas contra Mubarak.
Control exhaustivo
Egipto, con 83 millones de habitantes, cuenta con más de 16 millones y medio de usuarios en Internet, según el informe anual de Reporteros sin Fronteras sobre la censura en Internet (en formato PDF y en inglés), que incluye al país árabe en la lista de naciones que aplican algún grado de censura a los contenidos en la Red. Según este informe, de mayo de 2010, el Gobierno egipcio lleva ejerciendo desde 2007 un estrecho control con la excusa de la lucha contra el terrorismo islamista, con la creación de un departamento especial dentro del Ministerio del Interior.
Facebook, por ejemplo, se somete a un escrutinio constante por parte de las autoridades, que almacenan datos, direcciones y correos de cientos de activistas, algunos de los cuales han sido arrestados por las opiniones vertidas en la red social sin que haya mediado ninguna orden judicial previa. El control sobre el tráfico en Internet también obliga a los proveedores a suministrar al Gobierno cuantos datos demande de sus usuarios. Lo mismo ocurre con las compañías de telefonía móvil. El anonimato tampoco es posible en los cibercafés de ciudades como El Cairo. Todo aquel que se conecte en esos lugares corre el riesgo de ser sometido, sin saberlo, a un auténtica rueda de reconocimento policial. Las autoridades presionan a menudo a los dueños de estos establecimientos para que les proporcionen datos personales de los usuarios. Muchos cafés exigen a sus clientes que presenten su documentación para conseguir a cambio el código que les permita entrar en Internet.
Reporteros Sin Fronteras ha condenado este viernes enérgicamente la decisión de las autoridades egipcias de cortar Internet y la recepción de mensajes SMS en las grandes ciudades, y ha calificado lo sucedido de "excepcional medida de censura".