Cada vez más hombres muestran interés por reducir su pecho y no porque sea una de las últimas tendencias en estética. Aproximadamente un tercio de los varones sufre una alteración en sus mamas, que adquieren una apariencia más femenina, lo que se denomina ginecomastia.
Según la Asociación Británica de Cirugía Plástica, las intervenciones para reducir el volumen de esta parte del cuerpo en hombres se "han incrementado un 28% respecto al año anterior". Aunque no existe un registro nacional, a los especialistas españoles no les sorprende este dato si se remiten a su experiencia clínica. De hecho, se trata de una de las cinco operaciones de cirugía plástica más demandadas entre los hombres. Así lo constata también un informe de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica y Estética (ASAPS).
"Este incremento probablemente está relacionado con el aumento del sobrepeso masculino. En los últimos cinco años, hemos pasado de un 6% a un 14% de la población con obesidad mórbida", señala Alfredo Alonso Poza, jefe del servicio de Cirugía General del Hospital del Sureste de Madrid. "Las células de la grasa (los adipocitos) segregan un estrógeno que provoca feminización en el hombre y es capaz de estimular el crecimiento mamario", argumenta.
Esta asociación la corrobora el presidente de la Sociedad Española de Cirugía plástica Reparadora y Estética (Secpre), Jaume Masià, quien además recuerda que existen otros desencadenantes de la ginecomastia: "Las alteraciones hormonales, el consumo de fármacos que aumentan los estrógenos en el hombre o la ingesta de anabolizantes". La edad también puede influir, ya que "sufrimos cambios hormonales por los que se pierde capacidad de segregar testosterona".
Además, los pacientes con alteraciones hepáticas o con insuficiencia renal pueden desarrollar ginecomastia. Algunas veces, el problema se resuelve con el tratamiento de la enfermedad que lo causa, con terapia hormonal o abandonando el consumo de anabolizantes, si éste fuera el caso.
Por lo general, el aumento de las mamas suele abordarse con una intervención quirúrgica. Consiste en "realizar una incisión por debajo de la areola y se extrae el botón mamario para reducir el volumen". Este procedimiento quita grasa y tejido glandular. En algunos pacientes, además, es necesario extirpar también la piel sobrante. Dependiendo de cada caso, se aplicará anestesia local o general. El catálogo de prestaciones de la sanidad pública, indica el doctor Masià, cubre estas intervenciones. "Lo único que no asume es la liposucción como método para reducir el tejido graso de las ginecomastias".
Hay que tener en cuenta que, cuando esta alteración ocurre en un niño, "puede influirle enormemente en su integración social". Y a los adultos también "les puede acomplejar mucho, por el nivel de exigencia de la sociedad actual".
Según la Asociación Británica de Cirugía Plástica, las intervenciones para reducir el volumen de esta parte del cuerpo en hombres se "han incrementado un 28% respecto al año anterior". Aunque no existe un registro nacional, a los especialistas españoles no les sorprende este dato si se remiten a su experiencia clínica. De hecho, se trata de una de las cinco operaciones de cirugía plástica más demandadas entre los hombres. Así lo constata también un informe de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica y Estética (ASAPS).
"Este incremento probablemente está relacionado con el aumento del sobrepeso masculino. En los últimos cinco años, hemos pasado de un 6% a un 14% de la población con obesidad mórbida", señala Alfredo Alonso Poza, jefe del servicio de Cirugía General del Hospital del Sureste de Madrid. "Las células de la grasa (los adipocitos) segregan un estrógeno que provoca feminización en el hombre y es capaz de estimular el crecimiento mamario", argumenta.
Esta asociación la corrobora el presidente de la Sociedad Española de Cirugía plástica Reparadora y Estética (Secpre), Jaume Masià, quien además recuerda que existen otros desencadenantes de la ginecomastia: "Las alteraciones hormonales, el consumo de fármacos que aumentan los estrógenos en el hombre o la ingesta de anabolizantes". La edad también puede influir, ya que "sufrimos cambios hormonales por los que se pierde capacidad de segregar testosterona".
Además, los pacientes con alteraciones hepáticas o con insuficiencia renal pueden desarrollar ginecomastia. Algunas veces, el problema se resuelve con el tratamiento de la enfermedad que lo causa, con terapia hormonal o abandonando el consumo de anabolizantes, si éste fuera el caso.
Por lo general, el aumento de las mamas suele abordarse con una intervención quirúrgica. Consiste en "realizar una incisión por debajo de la areola y se extrae el botón mamario para reducir el volumen". Este procedimiento quita grasa y tejido glandular. En algunos pacientes, además, es necesario extirpar también la piel sobrante. Dependiendo de cada caso, se aplicará anestesia local o general. El catálogo de prestaciones de la sanidad pública, indica el doctor Masià, cubre estas intervenciones. "Lo único que no asume es la liposucción como método para reducir el tejido graso de las ginecomastias".
Hay que tener en cuenta que, cuando esta alteración ocurre en un niño, "puede influirle enormemente en su integración social". Y a los adultos también "les puede acomplejar mucho, por el nivel de exigencia de la sociedad actual".